Cuando te beso, amor
celebro en música muy húmeda
la plenitud de la existencia.
Una luz de azafrán
se adentra entonces por mi sangre
y me ensombrece para siempre
el inútil negro de las guerras.
Todo es distinto
y en cada confrontación de labios
hay una intención cósmica
de principio y alborada.
Trampolín tan creativo
por donde nos elevamos con sueños
hasta una nube ideal
con sed de amor y de horizontes.
Y resistimos, los dos,
sin memoria pesimista de derrota
con la transparencia encendida palpitando
de ese beso que funde y nos renueva.
Cuando te beso, amor,
celebro en música muy húmeda
la plenitud de la existencia.
Un beso para todos, os quiero
María
María
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